Indec: bajó la pobreza y subió la indigencia en la provincia

El Instituto Nacional de Estadística y Censos...
miércoles, 27 de marzo de 2024 · 19:08

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó este miércoles que en el conglomerado Santa Rosa – Toay la pobreza en el segundo semestre de 2023 se ubicó en el 38,2% y la indigencia en el 15,8%.

La pobreza, en ese marco, alcanza a 50.350 personas de Santa Rosa y de Toay. Y la indigencia a 20.846.

Con respecto al segundo semestre de 2022, la pobreza tuvo una leve baja. Un año atrás se ubicaba en 41,7%. Pero subió en indigencia: hace un año el índice se ubicaba en el 13,2%.

A nivel país



En el país, la pobreza subió al 41,7% a fines del 2023 y afectó a 19,5 millones de personas, según el Indec. En tanto, en el conurbano el índice alcanzó el 45,5%.

El porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza (LP) alcanzó el 31,8%.

Dentro de este conjunto se distingue un 8,7% de hogares por debajo de la línea de indigencia (LI), que incluyen al 11,9% de las personas.

Con respecto al primer semestre de 2023, la incidencia de la pobreza registró un aumento tanto en los hogares como en las personas, de 2,2 y 1,6 puntos porcentuales, respectivamente. 

En el caso de la indigencia, mostró un aumento de 1,9 puntos en los hogares y de 2,6 en las personas.

A nivel regional se observó un aumento de la pobreza y la indigencia en todos lados.

Los aglomerados urbanos

Esto implica que, para el universo de los 31 aglomerados urbanos de la EPH, por debajo de la línea de pobreza se encuentran 3.193.297 hogares, que incluyen a 12.300.481 personas; y, dentro de ese conjunto, 869.821 hogares se encuentran por debajo de la línea de indigencia, lo que representa 3.520.174 personas indigentes.

Según el INDEC, se evidenció que en promedio «el ingreso total familiar aumentó 69%» y «las canastas regionales promedio aumentaron 81,6% (Canasta Básica Alimentaria) y 75,8% (Canasta Básica Total)».

La cantidad de chicos de 0 a 14 años en la pobreza llegó a un 58,4%, lo que implica que en todo el territorio nacional hay 6,5 millones de chicos pobres.

Son 500.000 más que un año atrás y casi 750.000 más que cuando Alberto Fernández y Cristina Kirchner reemplazaron a Macri.

El empobrecimiento de la población subió a pesar de una mayor cantidad de controles de precios, el aumento de los planes sociales, nuevas moratorias jubilatorias, un tipo de cambio atrasado y servicios públicos completamente subsidiados.

A esto se sumó, una fuerte emisión de moneda para sostener artificialmente el consumo. Todo eso no logró evitar la caída de los ingresos de los trabajadores en medio de una inflación galopante que terminó triplicándose en el último año de gobierno (fue de 211,4%).

A fines de 2022, un trabajo de la UCA y la UBA calculaba que este nuevo fenómeno alcanzaba al 27,3% de los ocupados. 

Ese estudio indicó además que los ocupados en hogares perceptores de política social pasaron de 3,8% en 2003 a 19,3% en 2022. Es otro indicio del ajuste que se profundizó sobre los ingresos.

En 2023, los sueldos –según el índice Salarios del Indec– tuvieron un año malo. Los trabajadores públicos reflejaron una caída real de 20,2%; los privados, una del 14,7%, y los trabajadores informales, una del 31%. 

El desempleo bajó 5,7%. Sin embargo, el empleo que creció es el precario; cambió en su composición: avanzó el público y cuentapropista, pero se mantuvo estancado –desde 2011- el formal privado.

El deterioro de la economía y el avance de la inflación que erosionó el poder de compra de los salarios a lo largo del año pasado provocó un avance de los números de pobreza. 

Un año atrás, un 39,2% de las personas era considerada pobre en la Argentina y un 8,1%, indigente. Y hace seis meses esas cifras ya habían escalado hasta 40,1% y 9,3 por ciento. En definitiva, el avance de la indigencia fue más rápido: de un año a otro la pobreza creció 2,5 puntos porcentuales y la indigencia, 3,8 puntos.

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